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6 de septiembre de 2008

DE LA ALIANZA AL AULA

Iniciamos el ciclo escolar 2008-09 bajo supuestos nuevos esquemas de operación del sistema educativo, esquemas que se encuentran plasmados en la rimbombante Alianza por la Calidad de la Educación. Y menciono supuestos porque hasta el momento son eso, y sólo se han traducido en intenciones y en unas pocas acciones concretas como el Examen Nacional de Oposición para asignación de horas y plazas a profesores en servicio y de nuevo ingreso.

En líneas generales la Alianza plantea una transformación radical del modus operandi de la estructura educativa; transformación que de concretarse impactará en forma positiva pues las inercias, vicios y componendas que tanto han dañado a nuestra educación acabarían desterrándose…(entiéndase que no estoy hablando de la UDG aunque comparto ciertamente las acciones y comentarios de su Rector general).

Empero lo que no nos ha quedado claro a quienes día a día trabajamos con los marcadores “magistral” o todavía con los gises, es la forma en que la susodicha Alianza nos beneficiará porque hasta el momento ante ella más bien somos demandados antes que ofertados. Y ahí tenemos como ejemplo el Trayecto Formativo que “suponemos” tiene que ver con una certificación en competencias docentes que, tarde o temprano (¡será temprano ¡), se constituirá en una obligatoriedad para todos los docentes sin importar los grados académicos que ostentemos y los consecuentes exámenes profesionales sustentados.

El Maestro de aula, el docente común, se enfrenta cotidianamente a una serie de escollos que le han venido impidiendo desarrollar un trabajo de calidad, un trabajo más entregado; un desarrollo de la autopercepción como profesional de la Educación. Las prácticas actuales y vigentes han contribuido, más bien generado (pues ha sido intencional) que el Maestro se perciba más como un peón en el tablero educativo que como un alfil o una torre; estás últimas posiciones son reservadas para aquellos que salvaguardan nuestros derechos sindicales y para los que han llegado a las posiciones directivas en base a espurios arreglos e ignominiosos servicios. Y bien, pues esto parece que está fuera del universo de alcance de la Alianza, aunque algunos creemos que si se aplica realmente lo planteado habrá efectos en cadena que redundarán en beneficios para el docente común.

Por ejemplo, si realmente los puestos directivos se otorgan con base en un examen de oposición, me parece que habría una sustancial mejora en los centros educativos al contar con responsables verdaderamente capaces y líderes académicos que encauzarían la transformación de las escuelas. Lo que me parece que le faltó a la Alianza es que el puesto de director no fuese permanente, sino temporal y condicionado a resultados y competencias del designado para tal posición….¡¡¡¡ Sé que alguno (s) levantarán la voz para denostar este comentario y es precisamente porque carecen de las competencias que exige un puesto directivo…Pero no nos alarmemos. déjeme comentarle que lo que afirmo que le faltó a la Alianza es una práctica que si se tiene en el subsistema de educación tecnológica de nuestro país: No existen nombramientos de Director, existen comisiones sólo por 4 años y que se otorgan con base en un examen, la presentación de un proyecto y los resultados de la gestión escolar del novel director. Y, al término de los 4 años, el profesor regresa a su aula y muchas gracias, Maestro…¡¡¡

En fin, pues, que desde acá, desde la base de la pirámide esperamos que la Alianza haya pensado en nosotros, en mejorar nuestras condiciones laborales y personales…y que no haya sido sólo un acuerdo cupular motivado por la negociación de puestos gubernamentales….Mientras tanto…estaremos aquí, partiéndonos la madre por la educación…en tanto que otros estén partiéndole la madre a la educación….

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