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14 de marzo de 2012

EL CAMBIO DE EQUIPO O CAMISETA

Por: Gustavo Nuño Miramontes
Hablar de traición, deshonestidad, infidelidad y aspectos indecentes de la confianza que deposita el entrenador en un atleta y éste le falla es el pan nuestro de cada día en la misma práctica deportiva dentro del deporte mexicano.

Es común escuchar en gente que no entiende del entrenamiento y mucho menos de la competencia las expresiones: “a que caray se fue del deporte” o “que paso que se cambio de equipo” o “estaba en x deporte y se fue a este otro deporte”... frases por demás comunes en el medio deportivo y sobretodo por los que están alrededor de este.

En estos momentos del deporte mexicano dónde parecería ser que lo único que existe es la Olimpiada Juvenil, todos los valores y principios del deporte se subordinan única y exclusivamente al rendimiento deportivo: ganas vales, pierdes “ni en tu casa te pelan”, se ha creado una falsa promoción de la ideas en el campo deportivo.

En el caso de los niños/as es diferente el abandono de un equipo deportivo, ahí definitivamente la causa primordial es debida a diferencias entre padres y entrenadores o en todo de los casos con funcionarios de la misma institución.

¿Pero, que sucede para que sea una frase común en el deporte mexicano?

Aspectosde la salida/abandono del equipo:

Les gana la vida misma
Una frustración: intra o extra deportiva
Debilidad y comodidad mental
Cambio por dinero o una camiseta...la más burda de las acciones y tipificada como traición, conocida trivialmente como “piratería”.

Otros aspectos interesantes de estas actitudes de falsedad son:

Por lo general un atleta (hombre o mujer) que se va del equipo deportivo nunca se quiere ir solo/a, siempre intentan convencer a uno más para que los acompañe en su traición al grupo deportivo. Parecería ser que les minimiza un poco el sentimiento de culpa y deslealtad.

Uno de los grandes problemas de la deserción y cambio de equipo deportivo es la oferta que le puedan hacer otros equipos (entrenadores, funcionarios, padres de familia e incluso miembros del equipo que lo invitan), a veces se presenta un fenómeno que lo hemos denominado “piratería institucionalizada”.

Para los equipos/grupos independientes este fenómeno se les presenta con mayor frecuencia ya que se convierten en “equipos incómodos” para las diversas instituciones privadas y gubernamentales, motivo: pueden poner en evidencia los planes y programas de dichos organismos. Prueba de ello son los criterios de selección que imponen las diversas federaciones deportivas para formar sus selecciones nacionales, solo para perjudicar a los que menos tienen o simplemente criterios con una evidente inequidad.

Pero estas prácticas no son exclusivas del deporte mexicano, a menudo leemos las deserciones de atletas cubanos (principalmente), el caso de futbolistas que se los “piratean” equipos grandes e incluso entre los mismos estados de la república sucede el mismo fenómeno, o atletas que cambian de nacionalidad, en fin, mientras más presencia tiene el atleta y el equipo en los medios, es más fuerte el impacto de cambio de equipo (y en estos momentos ya hasta los partidos políticos quieren “regular” la traición en sus respectivos institutos políticos, el colmo).

Aunque el caso del futbol se debe de “cocer” aparte, ya que ahí el código de comunicación e intercambio es la economía, aspecto que no sucede en los demás deportes donde se habla de códigos pero de afecto, sentimiento y emociones. Como presupuesto hipotético nos atrevemos a decir que ahí es donde se da el primer paso a la génesis del odio, el rencor y la envidia en nuestro sistema deportivo vetusto y corrupto.


¿Pero cual es la fórmula para detener ese fenómeno?

El secreto principal esta en la educación, pero no la educación por si misma, sino la educación moral y volitiva (ozolin y matevev) estos afirman “—”y que aun implementándolo se correrá el riesgo de la ruptura, debido principalmente al sistema tan agresivo, sumiso y autoritario que predomina en el deporte mexicano.

Otra fórmula es simple y sencillamente replantear el modelo del deporte mexicano y eso nos llevara un par de quinquenios más, y lo subrayo y repito: un par de quinquenios más.

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