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8 de mayo de 2007

LA FUNCION FORMADORA INTEGRAL DE LA ESCUELA, una breve reflexión.

Por : Francisco Javier Reyes Sanchez

* Licenciado en Pedagogía por la Escuela Normal Superior de Jalisco
Coordinador de Actividades Académicas en la Secundaria Mixta N,. 2





“La Educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano…” (art. 3ro. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos)

Todos hemos escuchado una y otra vez el párrafo anterior que nos marca el derrotero que ha de seguir la escuela pública, y en este caso como punto de partida para esta reflexión que hoy propongo.

Si la educación pública pretende desarrollar armónica e integralmente al individuo, ha de seguirse que el sistema educativo: Planes y programas, estructuras de dirección, ejercicios docentes, servicios educativos complementarios, etc.; deben estar orientados a tal propósito y engarzados unos con otros a fin de que las acciones de cada elemento del sistema contribuya al (permítaseme la comparación), armado del rompecabezas del individuo.

Los planes y programas plantean justo esa integralidad y están organizados y estructurados de tal forma que permiten la interrelación de unas áreas de conocimiento con otras. No pretende el Plan de Estudios una formación disciplinar, sino una formación integral, vgr.: en Español, el estudiante aprende a buscar información, organizar, seleccionar, presentar, esquematizar, expresar puntos de vista; el estudio de las Ciencias Sociales le aporta al alumno herramientas de comprensión y análisis histórico. Las Ciencias Naturales proporcionan una formación precientífica. La Formación Cívica le aporta al alumno herramientas para el autoconocimiento y la convivencia. Qué decir de la Matemática y el Inglés, si hoy por hoy son dos lenguajes que le ayudarán al alumno a adquirir mayor información y solucionar problemas cotidianos. En fin, de que la formación integral del alumno está planteada, lo está.

Ahora bien, tal vez esta orientación integral de la formación del alumno no aparece muy evidente en el conjunto de las acciones docentes, aunque sí creo que en la ejecución individual del profesor; pero, las piezas no se arman solas. Se requiere también de un ejercicio docente de conjunto, armónico, desde la propia planeación de clases. Seguro estoy, y soy testigo de ello, que los docentes en lo individual procuran un desarrollo integral del estudiante; pero esto no es suficiente. Aquí se me ocurriría como proyecto una planeación bimestral de conjunto por áreas de conocimiento, a fin de que todo el acontecer en las aulas de clase, sea cual fuere la asignatura, estuviese perfectamente enlazado. Para ello, es necesario tejer fino, romper algunos paradigmas que todavía hoy pululan en las escuelas y que tienen que ver con la práctica docente y con las prácticas directivas.

Empero, no sólo el ejercicio docente reclama una intervención, también las estructuras directivas pues lamentablemente (no podría decir afortunadamente a partir de las experiencias personales), las iniciativas docentes son siempre pasadas por el filtro directivo que, si éste fuese de gestión no habría problema; mas no es éste el concepto que priva, sino más bien aquel concepto que tiene que ver con ejercicio de poder y mantenimiento de la hegemonía.

Y qué decir de los servicios educativos complementarios (médico escolar, trabajo social, psicólogo escolar, etc); servicios sin duda cuya valía radica en el profesionalismo con el que se ejercen y en la claridad acerca de su naturaleza y función dentro de un plantel escolar. Lo que aquí se aporta al estudiante tiene como beneficiario directo a éste y en seguida al docente, por ende entonces, a la consecución de una formación integral. Sin embargo, una instancia como la que comentamos, orientada hacia otros fines y/o alejada de su naturaleza, no contribuye en absoluto al principio Constitucional mencionado al inicio.
Es un anhelo sentido, pues, de todo ser humano saberse y sentirse integrado. Es un deseo de todo padre de familia ver a sus hijos desarrollado en las diversas áreas de la vida y de la personalidad. Es también una meta del Estado formar ciudadanos con esa característica. Es la función esencial de la escuela, más allá de la simple acumulación de saberes; se trata de saberes, habilidades, valores y afectos integrados que permitan en el individuo una actuación desde todo su ser, y no desde una pretendida asepsia, sea intelectual o afectiva.

Es una utopía o es una meta alcanzable?........

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