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15 de junio de 2008

DESGOBIERNO SOCIAL. Por: Pedro Armando Ortiz González. Mtro Ciencias de la Educación-ISIDM. Director del Centro de Investigación y Asesoría Educativa

Aunque los preceptos constitucionales son puntuales en cuanto a la función, importancia, ubicación y participación social en actividades políticas, la realidad de estas mismas nos evidencian las contradicciones y carencias que se presentan en la relación gobernantes-gobernados.

Quienes gobiernan no gobiernan para el pueblo, gobiernan para algunos sectores del pueblo, sectores a quienes responden por sus intereses en común.

Según el Artículo 39 de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos dice: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”

Si le echamos un ojo a este artículo constitucional notamos de forma inmediata que nuestros inevitables gobiernos caminan en sentido contrario a lo que demanda el artículo anterior.

¿Qué tan creíble resulta en estos momentos lo de que la soberanía nacional reside en el pueblo?
¿Quién se la cree que todo poder público dimana del pueblo y para su beneficio?
¿Qué tan representados nos sentimos nosotros ciudadanos de a pie en el desarrollo político y social de nuestro país?
¿Qué tan pertinente y sobre todo vigente es esto de que el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de gobierno?
¿Quién realmente cree en esto?

¡Está claro que nuestros representantes populares: No!

Lo hemos visto si nos atenemos a los hechos de un pasado reciente, tan solo por citar y evocar algunos: 2 de Octubre de 1968, caída del sistema y fraude salinista de1988, matanza de Aguas Blancas, Atenco, represión de alterofóbicos en nuestra ciudad, Pasta de Conchos, Oaxaca, proceso electoral e imposición del 2007.
En todos estos casos la voluntad popular va en sentido contrario a la voluntad y ejercicio del poder.

Que tal la medidas tomadas por los “poderes públicos” en cuanto al beneficio popular, para recordar allí van algunas: FOBAPROA, regalo y modificación de los tiempos oficiales en los medios , legislación a favor de la ley televisa, aprobación de la ley del INFONAVIT, aumentos generalizados a productos, aumentos raquíticos al salario para las mayorías, caso Lydia Cacho y el “gober precioso”, actualmente la reforma energética, el caso Tonala con todo y su zafarrancho, las platicas bíblicas en “casa Jalisco”, las denuncias de las fiesteritas con menores de edad del procurador de (in) justicia, el regalo de Emilio a la iglesia junto con la mentada de madre a quien no piense como el y tantos etcéteras.

Según el artículo 41 constitucional que entre otras cosas dice que “Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo.”
Nada más lejos que lo anterior, porque los partidos políticos representan corrupción, corporativismo, nepotismo, servilismo, autocracia, burocracia, autoritarismo, complicidades entre otras cosas. Basta pensar en cualquiera de las instituciones políticas conformadas como partidos políticos para recordad situaciones anómalas que dan pena.

Como ciudadanos tenemos que darnos cuenta que nuestra participación política es muy importante para buscar alternativas de organización y acción social que permita el libre y pleno ejercicio de nuestros derechos constitucionales.

De lo contrario estamos a expensas de pseudopolíticos vividores a quienes les otorgamos el poder de decidir por nosotros.

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