SOBRE EDUCACIÓN Y TENEBRAS
POR: IGNACIO IVAN GONZÁLEZ ANAYA
Hace tiempo lancé la pregunta ¿qué
pasa en educación? y terminé contestándome que sucede de todo, bueno y malo. Hoy quizás la pregunta debería
de ser ¿qué pasa en el campo de lo educativo y la razón de sus inercias?
Sigo teniendo la certeza de que los
diferentes campos (en el sentido más sociológico de Bourdieu) tienden a generar
polarizaciones entre los agentes del mismo, qué saben y no, los de mayor
experiencia y los noveles, los de mayor
prestigio y fama y los invisibles aún, etc. Curiosamente en Educación a los de
mayor antigüedad se les llama VACAS SAGRADAS (entiéndase para hombres o
mujeres), por el hecho histórico de la vaca aurea (deslizamiento judeo
cristiano al ámbito laico) que era a la que se le rendía tributo y adoración
por ser la representación de la sabiduría. Esta representación social (en el
más puro sentido de Moscovici) sin duda lleva significado y significante, los cuales deberían mantener una
relación interna-externa en tanto experiencia-conocimientos, para así lograr la
legitimación real de la figura ya nombrada (desde la construcción social de la
realidad de Berger y Luckman); pero curiosamente no sucede así. Quién se posiciona
en ese peldaño busca mantenerse allí por cuestiones de estatus, ego, beneficios
implícitos y explícitos con el sistema y lógicamente al preguntárselo
contestará con un NO. Este tipo de personas son como Voldemort (señores de la
Tenebra), primero tratarán de cooptarte para generar un escudo protector por
sobre los otros; al no lograrlo, utilizarán toda una serie de artimañas para
lograr incidir en los demás y entonces lograr el destierro del que se atrevió a
ser diferente y mandarlo a la zona más Liminal (lógica construida a partir de James
Clifford).
Alguna ocasión Foucault en su libro
Conocimiento y Poder mencionó: quieres doblegar la voluntad de un hombre con el
ejercicio del poder, quítale los beneficios que le diste. Esto lo saben bien
esas VACAS SAGRADAS, el PODER lo ejercen a partir de los beneficios otorgados
por alguien más, pero no se dan cuenta que son ellas las que están siendo
atravesadas por una relación asimétrica entre la autoridad y la obediencia
hacia ellas. Cuando dichas figuras generan la segregación de los diferentes no
imaginan que lo que están provocando es una relación de poder inversa y directa
hacia ellas, pues en esa acción se incita, suscita y se produce.
Lo anteriormente expuesto genera en
el campo educativo una suerte de construcción de torre de Babel, en la cual los
lenguajes, significados, lealtades y moralidades se contraponen, ah, pero eso
sí en términos de discurso: buscando todos el bien común. Solo faltaría como
final feliz, que surgiera (en el mejor de los casos) un libre pensador que propusiera
el esperanto para así unir fuerzas y fines.
El siguiente cuento pensé ubicarlo al
inicio, pero finalmente decidí dejarlo al final, ustedes habrán de disculpar:
Érase una vez un reinado en el que existían (como personajes del cuento) un Rey,
una Bruja, el pueblo, un bufón y el juglar. Sucede que la Bruja tenía una sed
inmensa de controlar al Rey, ella había envenenado con su brujería un pozo de
agua, un día en que el rey salió de casería al regresar tenia sed y una bella
dama le ofreció agua y él la bebió. El rey gozaba de buen juicio y ese día al
llegar al palacio comenzó a decir que todos estaban mal y los criticaba
ferozmente; el bufón trató de alegrarlo y “mocos” que le cortan la cabeza. Cercano
al pozo de donde tomó el agua la bruja (en el momento en que lo hizo) pasaba un
juglar, el cual se percató de la acción. Se dirigió al reino y al darse cuenta
de la muerte del bufón, haciendo gala de sus dotes de cantante de historias,
entonó a todo el pueblo con la crónica de lo sucedido. Inmediatamente todo el
pueblo fue al pozo y tomo del agua. Ahora la única que estaba mal a la luz del
rey y sus súbditos era la bruja. Estuvo a punto de que le cortaran la cabeza
pero en una suerte de prestidigitación cambio su apariencia.
Hace tiempo Carlos Monsiváis
argumentaba, haciendo referencia a Foucault en su diálogo con Fontana, sobre
los Intelectuales Orgánicos (aquellos que solo legitiman al sistema a partir de
acciones solamente para reproducirlo) vs los Transformativos (aquellos que
conocen las dinámicas del sistema pero que se incrustan con prácticas críticas
y de creatividad diversas) que estos ya
no existen en la dinámica social macro, que
migraron a los ámbitos académicos. Bueno pues ahí están, sepamos por
donde caminamos y cómo lo hacemos.
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